PASAJEROS

EN

TRANSITO

Dedicado a la Obediencia Iluminada

y a todos los Seres que me conectan

con lo Divino a través de los sueños.

Auspiciado por

El Señor de la Vida

En un flash, el Manto de la Luz llega para

trabajar con todas sus fuerzas para designar los

testigos que evidencien la continuidad de la

existencia.

Sólo ellos serán dotados para emprender el viaje

al Infinito, en el que probarán el gusto del

Entendimiento, de la Razón y de la Visión.

I

Transito contigo

transformando la Verdad sustancial

en la Creación del Poder

de la Consciencia de la Vida.

II

El Escudo de la Magia murmura y te alcanza.

Inclínate, tómalo en tu mano.

¿Acaso prefieres cortar el Velo?.

Pues bien, córtalo y barre sus fragmentos.

Ahora, invoca la Magia y mide su dimensión.

Sin encogerte, recogerás la cosecha:

CASTILLOS DE ORO

III

Finalizas y hay un nuevo amanecer. Sigue adelante.

Finalizas y empiezas a vivir a través de cada partida.

No hay más contiendas.

Terminación.

IV

¿Por qué llevas prisa?.

¿No te insulta estar presionado?.

¿No te deteriora la presión?.

Acércate al precipicio, a los lugares más escabrosos,

entonces has tu ofrenda al gran festival.

No temas, porque circula con fluidez la protección.

Rompe con la batalla emprendida y entrégate.

Invoca y encontrarás el momento para evocar.

V

Si encuentras negatividad no te debilites.

Sin embargo, evapora tu dura armadura de hierro.

Retoma tu infancia y pubertad,

que tus mandibulas no chocarán contra el metal.

VI

Cuerpo,

sólo tú mismo intercambiando,

expanderás las alas para atravesar la puerta del muro

de piedras.

Al pasar,

cierra la puerta.

Delante de tí encontrarás el depósito de las almas

iluminadas.

Haz silencio.

VII

Divinación necromántica...

la razón de la caída.

Si llegas a los extremos, pónte en guardia.

Tendrás que hablar claramente,

con distinción,

desde el ébano,

desde la oscuridad secreta.

Ocurre que a veces amplificamos el otoño

y no vemos al elefante que nos conduce a la salida.

VIII

Vuelve a bajar la cabeza,

dóblate.

Invoca y evoca.

Oye el susurro de la conversación de tus pensamientos.

En la quietud del silencio,

siente la aprehensión de los lugares inaccesibles.

Ella es un secreto más de la predestinación.

IX

Con fuerza estable tiene lugar la danza de un coro de

bailarines y cantantes.

Describen un círculo en la arena de la playa.

Con ellos regresa el Fénix,

cuya sombra es un liso velo que cubre al castillo.

Con la voluntad de un soplo logra el coro

quitar las cenizas de la tumba,

del lugar de descanso.

Ahora hay un espacio vacante.

Junta al musgo la humedad, el frescor al verde.

Angel, aprende a juntar, a emparejar...

el barco zarpa.

X

Sopla con agudo brillo

tu anhelo de Libertad y de Paz.

Aplasta con pulitura

la presión amontonada que no enciende

tu discurso de liberalidad.

XI

El, el de la distinción mágica;

El, el que purifica;

hace relucir el jugo de la pulpa

y liga las aguas del mar.

Considéralo.

En tu carrera está la resina del flujo de salida,

al rebosarse

te suspenderá

y te hará emprender vuelo.

XII

Tu disposición formará la articulación justa.

Ella te hará salir por el arco de la puerta;

movido por tu propio peso,

desde tu vientre,

para debilitar en un desmayo

el dolor que te produce la masa humanidad.

Es la hora del crepúsculo amable.

XIII

Te invito a reunirte con El,

en el tiempo curvo.

Ahora, en la hora de los ajustes convenientes.

Extravíate en El

y gratifícale por ello.

XIV

Lo esencial es renunciar al apego.

Ser fuerte para abandonar la vanidad otorga la fuerza

para Ser.

El rigor minucioso de la razón hará esta labor,

entonces la Luz podrá manifestar Su Poder.

Tu regalo al Angel es ser el Cordero que entre nubes

se sumerje,

es deletrear las blasfemias que con hollín te oscurecen,

es ascender elevado y sublime a la majestad del Poder Divino.

XV

Elevación:

la fuerza tridente que apunta en lanzas hacia la

superioridad del Ser.

XVI

Divirtiendo tu mente

labora hasta el cansancio

hasta que la partícula más pequeña de tu existencia

se convierte en el incienso

que en una ofrenda,

arda en el fuego que te libere,

que dé confirmación a tu Ser.

Consecuencia directa:

Una voz, un llamado:

REUNION,

la flecha efervescente,

trenzada a tres cordones que ornamenta el

recinto de tu Ser iluminado.

XVII

Házte de menos... Eclipse,

pués tus preguntas golpetean fuertemente al duro viaje

a la rectitud.

Extraño el lugar de encuentro.

Abro el espacio en un deseo.

XVIII

Asolador el hacedor de miseria

porque transtorna con su excitar a los sentidos.

Cuerpo,

tú que voluptuoso te extravías,

¡en guardia!,

que pinchan las espinas.

Bienvenido seas

explendor del equinoccio de primavera

porque me haces considerar mi fortaleza de ánimo,

mi disposición para pasar la prueba mágica de la

sanación.

Quiero inflamarme de brillo

y ver relucir las aguas del mar junto a ti...

compañero.

XIX

La memoria intenta flotar en la superficie de un cúmulo de circunferencias que a manera de reja forman la bóveda de mi recinto.

Hundiéndose y deslizándose

una y otra vez,

logra dar el gran salto de rompimiento,

queda libre en la espinal final.

Burbujeante se desperdicia la espuma por la faena.

Se revela la Belleza.

Aparece el Auspicio.

Respiro la Presencia del Angel de la Verdad,

y me dispongo en el camino de la Causa Final.

XX

Trenzo mis segmentos

y sin desmayo, me disparo majestuoso para seguir

las huellas de los pies de alguien.

Mi pecho dibuja círculos que presionan por vibración

a las creaturas vivientes.

XXI

La partera me conduce al descanso.

La observación mágica me une a un igual

y a otros iguales.

Me recibe el Hogar Común.

¡Vida, ahora te recuerdo!.

XXII

Fue dado el Principio.

Se me ha visto aparecer en todas las distancias.

Una parte de mí se queda en el hostal,

ora por revelar las agonías del alma.

Otra parte de mí es el águila de mar

y vuela a los bosques de las varas de virtudes...

ésto profiere.

XXIII

Sudo el rocío de las gotas de sangre del sacrificio.

Paloma no titubees en abrir una de mis venas,

en cortar mis cadenas.

Quiero llenar el aire con mi espíritu,

quiero tocarte con mi chispa,

quiero ser la flecha en fuego que se imprime en tu

garganta;

el infierno es estrecho y me aflige.

XXIV

Los poderes elevados del arte se arreglan en rítmicos

actos simbólicos de creación.

Tú artista,

toma posesión de lo que te corresponde;

expresa lo que desde siempre has jurado expresar;

sé el herrero constructor del nido de los pájaros

que manifiestan el Plan de Dios.

XXV

La hermosa evidencia de la Voluntad

es la facultad de querer la Existencia

y en un delirio,

romper con el poder de la dificultad

para estar sueltos y limpios.

XXVI

Hago uso del clima y no me oprime.

Te disfruto como caramelo fino

porque...

mi escogencia fue seguirTe ahora y donde esté.

Estoy desnudo y sin límites.

Me preparo para Tu cualificación.

XXVII

Reventé en el caos,

fui removido en el desorden

y exagerado, me agarré al Amor.

Su aliento concibió a la rama de palma

que va y viene,

que penetra por todas las ranuras,

que se tira como una línea directa en el tiempo

y me estimula a consagrar y construir en la inspiración

Aquí y Ahora.

XXVIII

Ni un grito de terror más

pués me he volteado muchas veces

y siempre se me ha dado el coraje para atenderme.

Hoy dispongo

de argumentos

de dignidad

de implementos de trabajo.

Agito aquellos mágicos,

y soy pavo real reluciente,

ya puesto para refrescar su sed.

XXIX

Telaraña de mármol negro,

he llegado para pulir.

Mi procedencia es la Eternidad,

mi lugar fijo está bajo las sombras que debiliten al

corazón

donde produzco los sonidos más nobles,

la música que te hará brillar en regocijo.

XXX

Así,

reestablecido,

he cruzado las varas de este telar por largo tiempo.

He conquistado a ambos: a la flor y al color.

Un río de fuego

desde el pecho,

llama a mi memoria,

entonces contemplo la Luz de donde procedo.

XXXI

Por amor cruzo la Puerta del Norte.

Porto conmigo el Talismán,

corona de honor que danza en mi templo

y me aparta de la desolación.

XXXII

Me encuentro en la cámara

donde magistras,

muerte.

En el centro de dos extremos.

Inclino la oreja,

te oigo succionar.

Me acelero........

debo zambullirme en un baño intencional de purificación.

XXXIII

Muerte,

mientras atravieso tu cámara sigo obedeciendo.

Allá adelante distingo la claridad.

Sé que en la salida me reuniré

a mi alimento,

a mi sostén;

sé que de este modo habré alcanzado a la Gran Familia,

esa que desde el origen me ha provisionado.

*******

...... el camino de toda la tierra.