4ª Dimensión del Conocimiento de sí mismo
Cassette Nº 1 LADO “A”
¿QUIÉN SOY YO ?
Estimado amigo
buscador ¿Quién eres tú? ¿Quién eres? ¿Quién eres? ¿Quién?
Y yo ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo? ¿Quién es ese que habla?
¿Y tú quién
eres? ¿Quién es ese que escucha?
¿Quién es ese que
articula las palabras? ¿Quién eres? ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo?
¿Tú lo sabes
amigo? ¿Tú sabes quién soy yo? ¿Tú sabes quién eres?
Hazte la
pregunta. Pregúntate a ti mismo ¿Quién soy yo?
Hazte la
pregunta: ¿Quién eres? ¿Quién soy yo?
¿Quién es ese que
habla? ¿Y quién es ese que escucha?
A lo mejor te
habrá venido la misma respuesta que me vino a mí, la que me vino es que: Quién
habla soy yo, pero ¿Quién soy yo? ¿Soy acaso fulano de tal? ¿Es
verdad eso? ¿Es verdad que soy mi
nombre?.
Así me llaman. Pero ¿Ése soy yo? O ¿Será
que así llaman a mi cuerpo? ¿A mi
figura? ¿A mi imagen?
Cada vez que
alguien la ve, y alguien que me conoce, me dice ahí está fulano... pero... ¿Qué
significa esto para mí?
El hecho de que
digan que yo soy fulano... eso... no me satisface.
¿Y a ti te
satisface? ¿Te satisface saber que eres
fulano de tal? Tú sabes que no
eres fulano de tal, tú sabes que no eres tu nombre...
Entonces pienso.
Digo bueno: ¿Acaso, yo soy mi cuerpo? ¿Yo soy mi cuerpo? ¿Yo
estoy en mi cuerpo? ¿Mi cuerpo está en mí? ¿Yo soy ese cuerpo?
Realmente no sé.
Trato de investigarlo, y lo primero que me viene a la mente es que cuando ese
cuerpo va a dormir; se acuesta en la cama, cierra los ojos y pierde los
sentidos. Yo digo que yo duermo.
Pero al día
siguiente; al amanecer, digo que desperté y digo que he dormido. ¿Cómo
es eso? Si yo he dormido. ¿Cómo
puedo saber que he dormido?. Si yo fuera mi cuerpo, no podría saberlo.
Entonces la
conclusión que me surge a la mente es que: ¿Acaso yo soy la mente? Bueno. Veo que puedo cerrar los
ojos e ir con mi mente a lugares muy alejados; no obstante mi cuerpo, queda
aquí. Eso quiere decir que yo no soy mi cuerpo. Puede ser que mi cuerpo esté en
mí, o que yo esté en mi cuerpo, pero yo no soy el cuerpo definitivamente.
Así como a una
persona le pueden cortar la mano y su cuerpo sigue. Así creo que me pueden
eliminar el cuerpo, y yo sigo.
¿Pero qué es ese
yo? ¿Quién soy yo? ¿La mente? ¡No
puede ser!
Una vez me han
dado un golpe en la cabeza y he dicho que he perdido el conocimiento Dejé de
estar consciente de mi cuerpo y del mundo externo. No obstante; allí estaba yo
en algún lugar. ¡Y ese yo no era la mente! Ese yo tampoco era el cuerpo físico.
Entonces ¿Quién
soy yo? ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo?
Si yo no soy el
cuerpo; yo no soy la mente; yo no soy el
conocimiento tampoco.
A veces me da la
impresión, que yo soy el conocedor, aquel que en mí conoce.
Yo veo un árbol y digo: esto es un árbol,
entonces yo soy el conocedor del árbol. Luego me doy cuenta que ese, es
el pensamiento que está en la mente. El que dice: ese es un árbol y viene de la
memoria. Porque si jamás hubiera visto un árbol; no lo hubiera reconocido.
Cuando era niño,
no sabía acerca de muchas cosas. Veía
cosas totalmente nuevas y no sabía lo que eran. Alguien me decía; mira esto es
una licuadora. Entonces se archivaba ese conocimiento en mi memoria; luego lo
recordaba. Pero yo no era ese conocimiento. Yo tampoco era el conocedor...
Entonces: ¿Quién
soy yo? Si no soy la mente;
si no soy el conocedor; si no soy el objeto conocido; si no soy el conocimiento.
¿Seré yo las
emociones? ¿Aquello que yo siento?
No, no puede ser porque los sentimientos y
los deseos cambian. A veces siento hambre, luego se va el hambre. No soy
yo. Siento frío, pero el frío no sabe. Yo siento ganas de ver a mi novia; pero
yo no soy las ganas. Estoy yo y están las ganas. Quiero triunfar. Estoy yo y
está el deseo de triunfar.
¿Pero quién es
ese yo? ¿Quién es? ¿Quién es?
Me voy y me miro
al espejo. No miro la cara. Me concentro en la mirada y veo ahí a alguien y de
repente me asusto, porque ese alguien no se parece al que yo veo todos los días
en el espejo.
Alguien habla; yo
digo: ¿Quién es ese alguien? ¿Ése es yo?
Pero ¿Quién
es yo? ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo?
No llego a ninguna conclusión. Pero eso me
intriga tremendamente, estoy sumamente intrigado porque no sé quién soy.
¡No lo sé! ¡No sé
quién soy! ¡Es terrible! ¡Debo saberlo
de alguna manera!
Todo el mundo me
llama por mi nombre, pero yo me sorprendo cuando me llaman así. ¡Siento que ese
no soy yo! Sí, respondo a este nombre, pero no soy yo. Deambulo por las calles;
pregunto; hablo con personas y me doy cuenta que ellos tampoco saben quienes
son.
¡Es como
despertar de un profundo sueño!
¡Es terrible, de
repente darse cuenta que nadie sabe quien es!
Algunos creen que son su nombre,
otros creen que son su cuerpo, se identifican con su cuerpo, otros con sus
ideas, otros con sus emociones, otros con sus sensaciones.
¡Están dormidos!
¡Totalmente dormidos! No sé; a mí me da la impresión que yo no estoy
dormido, que es como si hubiera despertado de un profundo letargo.
Durante años he
contestado a este nombre, y durante años he creído que soy mi mente, mi cuerpo,
mis emociones. ¡Y de repente, no sé quién soy!
No sé por qué estoy aquí, que hago aquí. ¡No
sé quién soy! Trato de informarme. Y lo único que me dicen es: Conócete
a ti mismo, conócete a ti mismo, conócete a ti mismo, no puedo.
Empiezo a
conocerme a mí mismo, y parto del principio. Primero que soy un cuerpo, estudio
algo sobre el cuerpo, sí, sobre la mente, sobre las emociones, pero no me
convence, no me satisface. ¡Hay algo más! ¡Debo saberlo! ¡Es fundamental! ¡Es
fundamental! ¡Que yo lo sepa! ¿Cómo puedo seguir viviendo sin saber quién
soy yo? ¡Es terrible! ¡Tengo que saberlo! ¡Tengo que saberlo! ¡Tengo
que saberlo!
Investigo. ¡Tengo
que saber quién soy yo!
De repente me doy cuenta de que no
hay nadie que me puede contestar quién soy yo. Mi madre, mi padre me dicen:
mira tú eres fulano, hijo nuestro, pero, que me han dicho, no me han dicho
nada. Me han dicho otra vez mi nombre.
Detrás de ese
nombre y dentro de ese cuerpo, a veces siento que hay un... que yo soy una
persona buena. En otro momento hago cosas que no son tan buenas. A veces quiero
ser bueno y no lo logro; a veces quiero ser duro y tampoco lo logro.
Una parte de mí,
yo no sé como llamarlo, una parte de mí quiere hacer tal cosa; otra quiere
hacer aquella cosa, es como si hubiese una multitud dentro de mí, es como si
existieran ¡cientos de personas dentro de mí!
¡Que se pelean! ¡Que cada quién quiere una cosa, y están permanentemente
en conflicto!. Una parte quiere estar con la mujer, otra parte quiere: no
quiere estar. Otra mira a aquella mujer que pasó el otro día. ¿Cómo es
posible? ¡No puedo ser yo!
Yo noto que hay un montón de yoes
dentro de mí. Un yo que quiere esto, un yo que quiere aquello, y todos son
contradictorios y conflictivos. Todos chocan entre sí. Parece que todos
estuvieran dentro de mí. En algún lugar, en mi mente, en mi cuerpo, en mis
emociones.
Una mañana
amanezco y digo: hoy me voy a esforzar. Hoy voy a hacer todo lo posible para
que las cosas salgan bien; y luego otro; otra cosa dentro de mí, hace que las
cosas no sucedan así.
Tengo un
excelente amigo; siempre le quiero decir: que lo quiero mucho y lo aprecio, y
cada vez que lo veo peleamos ¿Cómo puede ser eso posible? Si
hubiese un yo único que aprecia a Juan. ¿Quién es el que pelea con Juan, entonces?
Y me vuelvo a mirar al espejo y
veo un desfile, veo en mis ojos un desfile de yoes. ¡No sé quién de ellos soy! Yo no sé
quiénes son ellos tampoco. Es como si yo fuera un estuche, una caja, que
contiene una multitud de personas. Pero multitud de personas. ¿Seré
yo todo eso? ¿Seré yo todo eso? No lo sé... No lo sé.
Ahí está el
problema otra vez. ¿Ves?
¿Quién es este
que dice: no lo sé? ¿Quién es ese que quiere saber? ¿Quién soy
yo?.
¡Es terrible! ¿Quién
soy yo? ¿Quién soy yo? ¿Quién?
No hay quien me
lo conteste tampoco... La gente que me conoce, dice que soy fulano... Eso no
funciona...
¡Algo anda mal!
¡Es como despertar de un terrible sueño! ¡Es como abrir los ojos por primera
vez y darme cuenta de repente de que, de que, yo soy este cuerpo y todo lo que
contiene! ¡Toda esa multitud de seres que hay dentro de mí!
Que pelean y
luchan... y uno quiere ir a la derecha, otro a la izquierda... es darse cuenta
de repente... digo yo y el mundo... yo y la gente... yo aquí y ahora y Juan...
digo yo y el cuerpo... yo y el deseo de saber...
Cierro los ojos y
me quedo quieto... yo observo... y veo que mi mente bulle de seres, de
pensamientos, de deseos. Entonces estoy yo y la mente. Estoy yo y el cuerpo.
Estoy yo y las emociones. Yo y el mundo. Pero ese yo no sé quién es...
Entonces de
repente me empiezo a comprender, empiezo a darme cuenta de que cuando miro algo
y me identifico con lo que veo, o sea... si yo veo pasar una muchacha y la
muchacha absorbe mi atención, entonces me olvido... es como si no existiese de
repente.
Entonces me doy cuenta que ese estado, es como
estar dormido.
En comparación con otro que sería el de decir:
yo fulano, aquí y ahora estoy viendo a fulanita, sí, a eso lo llamo estar
despierto, a eso lo llamo estar despierto.
Y me di cuenta que es sumamente importante,
que hay una gran diferencia entre los dos estados... empiezo a investigar... y
por ahí leo algo al respecto... dice: que son diferentes estados de
consciencia.
Que hay varios niveles de
consciencia.
Uno cuando la persona está dormida
profundamente, sin soñar nada, y hay otro cuando uno está durmiendo pero
soñando, y uno cuando uno está en vigilia y está mirando a fulanita, pero sin
recordarse a sí mismo y hay un cuarto estado que parece ser un estado fabuloso
por que es una quietud tremenda, ¿No?
O sea, es el
estado cuando yo digo: yo fulano, aquí y ahora estoy hablando delante de un
micrófono. Si puedo mantener esa consciencia permanente... es sumamente
difícil, que yo cometa algún error, es sumamente difícil que sea absorbido, que
mi atención sea absorta por algo, que me olvide de mí mismo.
De repente... aún
sin saber quién soy yo, me entra como una paz... hay una quietud... hay un
silencio...
¿Quiere
experimentarlo?...
Diga: ¿Quién
soy yo?... No trate de responder... Observa lo que sucede en ti, en tu
mente, en tu cuerpo y en tus emociones...
Diga: ¿Quién
soy yo? Y quédate quieto... ¿Quién soy yo?... no hay
respuesta ¿He? No hay ninguna respuesta, no hay quien responda...
pero es como si todo se aquietara de repente... ¿Quién soy yo?...
¿Quién?...
Pero luego, me
doy cuenta que no vivo en un estado de consciencia, que a la noche me voy a
dormir. A veces sueño y me doy cuenta que el sueño no es lo mismo que la noche que duermo sin soñar. Parecen dos
cosas muy diferentes... inclusive, cuando no sueño... amanezco mejor. Luego está el estado de día, el estado de
vigilia, voy, salgo para mi trabajo, a las ocho de repente me meto en mis
ocupaciones y levanto cabeza a las doce, a la una y me doy cuenta que me he
olvidado, de mí mismo durante cuatro horas, he estado sumergido en mis
ocupaciones... Me he olvidado de mí
mismo, he estado identificado con todo lo que hacía. Y me doy cuenta, que por
estar identificado, con lo que hacía; he peleado con fulano, he estado en
desacuerdo con sultano, me ha agradado perencejo, cosa que normalmente no
sucede.
Pero ahora
despierto, ahora digo: yo aquí y ahora, estoy delante de un micrófono.
No soy mi mente,
puesto que puedo observar sus movimientos...
No soy mis deseos
porque puedo ver como surgen.
Tampoco soy mi
cuerpo físico. Estoy yo, sin saber quién soy.
Me doy cuenta que
hay una tremenda diferencia entre esos estados, una tremenda diferencia. Entonces, me doy cuenta que: cuando
estoy despierto, o sea, cuando yo estoy consciente del yo aquí y ahora estoy
haciendo tal cosa... me doy cuenta que yo puedo observar cómo yo, yo mío, el yo
que está despierto. El yo que dice: yo aquí y ahora, ve al cuerpo hacer tal o
cual cosa, y la puede hacer con mucha precisión, pero no dura, es rapidísimo,
por que todo atrae mi atención y vuelvo otra vez al estado de identificación.
¡Hay si pudiera
mantener ese estado!
Yo creo que si
pudiera mantener ese estado de una manera más o menos permanente... Si pudiese
mantener la atención sobre mí mismo y sobre lo que yo hago... lo que yo
observo... sería una atención doble... o sea...
Yo aquí y ahora
estoy hablando.
Estoy consciente
del yo y del que está hablando.
Estoy consciente
del yo y del que está hablando.
Hazlo tú mismo. Diga: yo aquí y
ahora escucho... Está, el yo y está el que escucha.
Me doy cuenta que esa es una gran
clave para conocerse a sí mismo, por que cuando yo estoy en ese estado, cuando
yo estoy despierto; veo lo que sucede en mi mente, la observo como observar en
una pantalla.
Cierro mis ojos y
veo todos los pensamientos, y veo que no son mis pensamientos.
Y noto
inmediatamente que la mente es muy rebelde y que a través de los cinco
sentidos, si abro los ojos cualquier cosa atrae mi atención y pierdo la
consciencia de mí mismo. Me olvido de mí mismo, bajo de nivel.
Entonces me doy
cuenta, que una de las cosas más importantes que hay.
Primero es despertar...
despertar del letargo de la vida. Ya no vivir
identificado con todas las cosas.
Entonces comprendo lo que han dicho los
grandes maestros... Primero hay que despertar... Dicen: ¡Despierta!,
¡Vigila!.
Ahora comprendo, el significado de lo que
ellos decían. Y me doy cuenta, que solamente los hombres que están dormidos,
son los que; los inconscientes, los que cometen actos de violencia, los que
hacen todas las barbaridades, que hay en este mundo.
Yo soy uno de
ellos, por que cuando yo estoy dormido, yo también hago eso, también hago un
montón de cosas cuando estoy dormido.
Estoy siendo
manejado... algo me impulsa a hacerlo pero no puedo detenerlo, por que no estoy
consciente.
Ahora me doy
cuenta; que si yo voy donde Juan, y yo digo: le voy a decir a Juan que lo
aprecio mucho. Si puedo mantener ese estado, entonces se lo puedo decir, pero
si no lo puedo mantener, si yo llego donde Juan, y cualquier cosa me puede
decir Juan y atrae mi atención y se me olvida.
Entonces me doy cuenta que la
Consciencia es Memoria. Sí la CONSCIENCIA es Memoria, es una
clase muy especial de MEMORIA
4ª Dimensión del Conocimiento de sí mismo
Cassette Nº 1 LADO “B”
¿QUIÉN
SOY YO ?
Que me pueden
despertar del letargo. Que me pueden despertar de la identificación con los
estados, el cuerpo, los apetitos, los deseos, los pensamientos, las ideas, el
trabajo, la mujer.
Si me pueden
despertar... tomo consciencia de mí mismo... tomo consciencia de mí mismo,
estaré separado del estuche, del cuerpo, de la mente, de las emociones, de
los deseos, ¿Del mundo? ¿Entonces estaré yo? No importa todavía, si yo lo sé o no.
Por que en ese
estado de despierto, puedo observar lo que hay dentro de mí, lo que
sucede en mi mente, puedo observar a aquellas multitudes, que hay dentro de mí
y estoy más alerta, estoy más vigilante, más vigilante estoy.
Muchas cosas dejarían de sucederme
en la calle, por supuesto que sí...
Estar
despierto... estar consciente de mí mismo y del mundo a la vez... estar
consciente de mí mismo y de mi mente, de mis emociones y de mi cuerpo...
¡Qué fabuloso! Estar consciente de lo
que pasa por mi mente.
Él poder elegir, entre
pensamientos que no son verídicos, ideas verdaderas... tener la posibilidad de discernir... tener la posibilidad de no
apegarme, de no identificarme a las cosas. Me doy cuenta que cuando estoy
consciente de mí mismo, hasta sí me insultan, me doy cuenta que no me ofendo,
por que me doy cuenta que están insultando al yo que está de turno en mí, al yo
que se comportó mal, pero que no soy yo pues. Recordarme a mí mismo... ¡Quiero
recordarme a mí mismo! ¡Quiero recordarme a mí mismo!...
Las personas... necesito personas... Hay...
pero aquí me encuentro muchos problemas... caramba... ¡Tremendo problema que
me encuentro, muy grande!
Las personas... para que ellos me despierten,
deben recordar que deben despertarme. ¡Deben estar despiertos ellos mismos!
¡Caramba! ¡Y no
conozco personas despiertas! Todas las personas que yo conozco, creen que están
conscientes y que son conscientes de sí mismos... y hasta cierto punto, yo los
comprendo, por que yo también, antes creía que estaba consciente, hasta que
descubrí lo que era estar consciente.
Alguien viene y
te pregunta: ¿Tú estás consciente?. Automáticamente te está
recordando estar consciente. Entonces, tú le dices claro que sí. Nadie puede decir,
si alguien está consciente o no, esa es una cuestión muy interna.
Alguna vez haz ido a tu trabajo y ¿Te has olvidado de ti mismo? ¿Te has sumergido
durante horas y horas?
Sí... es un grave
problema.
Primero: no sé quién soy;
luego veo que yo me confundo con mi mente, con mis pensamientos, con mis
deseos, con mis apetitos, con mis sensaciones, con mi cuerpo... y cuando, voy
por la calle, mi atención está siendo atraída por todas las cosas y me olvido
de mí mismo. Y eso se llama estar dormido... sí... estar dormido...
¡Es terrible! Luego me doy
cuenta que no hay quién me diga ¿Quién soy yo?.
¿Y de dónde han salido todos esos yoes
que hay dentro de mí? ¿Cómo es que llegaron a la existencia?
¡Hay un yo en mí, que le encanta fumar!
Yo, cuando estoy consciente de mí mismo, yo sé que no se debe hacer eso...
¿Entonces quién
es ese que fuma? ¡No puedo ser yo!
¡Ha! Puedo llamarlos ¿Hábitos? Pero los hábitos son
también yoes, por que cuando estoy dormido... yo digo: dame un cigarro y lo
fumo y digo me gusta el Belmont, o me gusta el Astor, esa es la gran diferencia
entre el estar dormido y el estar despierto.
Y me doy cuenta
de la tremenda importancia de despertar definitivamente, de lograr recordarme a
mí mismo muchas veces al día.
Me doy cuenta que necesito una o más personas
que estén permanentemente despiertas. ¡Necesito encontrarme con esa gente,
deben estar! No puedo ser el único que está despertando.
Luego me doy
cuenta de la tremenda importancia de la memoria... LA MEMORIA... por
que es la que me permite recordarme a mí mismo.
Una memoria muy especial, no es la memoria de
retener un número telefónico, no, no, no, no, no, es algo mucho más potente,
mucho más poderoso.
¡Tremendos
problemas que tengo! Pero; en el fondo, empiezo a comprender, empiezo a
encontrarle cierto sentido a la vida...
Por que cuando yo estoy despierto... cuando yo
estoy consciente de mí, eso quiere decir que, cuando yo digo: Yo aquí y ahora.
Estoy parado aquí en el mundo, entonces, me doy cuenta de que; debe haber
alguna razón por la cual yo estoy ahí, ¡Una razón muy poderosa! ¡No puedo haber llegado ahí, así por así en
paracaídas, no!
Y cuando estaba
dormido. O sea, cuando estaba viviendo identificado con todas las cosas,
creyéndome fulano, creyéndome mi cuerpo, todo era muy natural, decía: no, era
muy natural que yo estuviese así porque era hijo de mi padre, hijo de mi madre,
y soy ingeniero y todas esas cosas. Pero cuando estoy despierto y consciente
del: yo aquí y ahora, y cuando me recuerdo a mí mismo, inmediatamente encuentro;
que debe haber una razón por la cual yo estoy aquí, debe haber una razón muy
importante por mi existencia, y ¡Debo
descubrirla!
¡Debo saber quién
soy yo! ¿Quién soy yo? ¿Qué soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Hacia dónde voy?
¿Dónde estoy parado?
¿Qué se supone
que debo hacer en esta vida?... Y me doy cuenta que la clave para saber
todo eso, es el ¡ESTAR DESPIERTO!
Primero tengo que
estar despierto, estando despierto consciente del yo, aquí y ahora. Cuando me
recuerdo a mí mismo, puedo hallar respuestas, las puedo hallar dentro de mi
mente inclusive.
Porque estoy yo y
está mi mente, yo puedo pedirle a la mente, como si pidiera a cualquier
computadora. Y mi mente contiene también los archivos de memoria. ¡Claro que sí!
¡Claro que sí!
Entonces, cuando
yo estoy despierto y consciente, yo miro al espejo y ahí, yo digo: yo aquí y
ahora, y concentro mi atención sobre la mirada en el espejo, yo digo yo, aquí y
ahora y veo una tremenda diferencia con aquel experimento.
En el primero, yo llegaba
frente al espejo, y miraba y decía: ¿Quién es ese que está ahí? ¿Quién es
ese que está ahí? ¿Quién es ese que mira? ¿De dónde salió?
En el segundo experimento, cuando digo frente al espejo, yo aquí y ahora, yo aquí y ahora y
veo el espejo... hay una luz... ¡No sé quién es ese yo! ¡Pero hay una luz!
¡La cara cambia! ¡Algo sucede! ¡Algo muy importante!
¡Siento que a todo mi ser le
invade una grandísima energía! ¡Un tremendo impulso! ¡Una tremenda gana! ¡Una
gana tremenda de saber quién soy!
¡Y siento que
puedo llegar a saberlo! ¡Que la respuesta está dentro de mí! ¡Que
la respuesta no está afuera!
¡Nadie sabe
acerca de mí! Ni yo sé acerca de mí. Pero yo puedo llegar a saber acerca de mí.
Yo no soy un
vegetal, yo no soy un animal, yo soy muy importante para mí. Yo conscientemente
deseo saber: ¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿De dónde vengo? ¿Hacia dónde voy?
¿Dónde estoy parado?
¡Qué se supone
que estoy haciendo aquí en este planeta entre millones de planetas! ¿Cuál es
mi función si es que existe alguna? ¿Cuál es el trabajo que se supone que debo
cumplir?
Si es que hay
alguno por cumplir... Todo eso está dentro de mí, y puede ser respondido si
logro mantenerme despierto. ¡Si logro mantenerme despierto, puedo lograrlo!
Y para hacerlo... empiezo
primero por querer despertar... por querer recordarme a mí mismo.
Entonces; me fijo el propósito. Me fijo el propósito de: ¡Recordarme a mí
mismo, la máxima cantidad de veces al día, la máxima cantidad de veces al día!
Entonces el propósito, lo fijé de
esta manera: Concentré mi mente, y con todas las ganas de mi esencia, con
toda las ganas de que yo soy capaz, dije: ¡Quiero recordarme a mí
mismo! Y cuando digo: ¡QUIERO! He aplicado toda, toda la
fuerza de la cual, soy capaz.
¡QUIERO RECORDAR!
Cuando digo
recordar le doy una orden a la mente. ¡Quiero recordarme a mí y cuando
digo a mí, es aquel Yo! ¡Aquel Yo que no sé quién es! ¡Quiero recordarme a mí mismo! ¡Y
lo digo con toda la fuerza de mi Ser!
Quiero recordarme a mí mismo y lo digo diez veces, veinte veces, treinta
veces al día. ¡Hago de esto el propósito más importante de mi vida!
Y luego...
andando por la calle, de repente... desde adentro... me viene recuerdo, de
repente me viene recuerdo...
Me di cuenta que si yo, durante cuarenta
y nueve días, por lo menos siete veces al día, me fijo el propósito,
siempre vehemente; con un deseo tremendo
de querer recordarme a mí mismo, diciendo: YO y cuando digo YO, estoy, estoy,
estoy identificado con él YO que está consciente y despierto en mí, digo:
¡YO QUIERO
RECORDARME A MÍ MISMO!
Y después de los cuarenta y nueve
días... sucedió... andando por la calle, haciendo cosas, hablando con la gente,
trabajando, me venía el recuerdo desde adentro... venía un ¡paf! ¡Adentro!
Entonces cuando venía El ¡paf! Inmediatamente cobraba consciencia, es como si
estuviera en cama y alguien me despertaba.
Entonces
inmediatamente decía: yo, aquí y ahora, y me cachaba a mí mismo, haciendo tal o
cual cosa buena o mala. Entonces me daba cuenta del YO y de lo que yo estaba
haciendo, salía de la identificación...
Y poco a poco,
poco a poco estimado amigo, estimado buscador, se ha ido encontrando a las
personas despiertas. Por que me di cuenta que: una persona cuando está dormida,
vive entre gente dormida...
Cuando está
identificado con sus hábitos y con sus deseos, vive con gente de su mismo
nivel. Luego fui conociendo a la gente que estaba
despertando, tenían los mismos problemas que yo, nos hicimos amiguísimos, y nuestra relación fue
sumamente útil, por que el uno despertaba al otro en un momento dado.
Luego, cuando se logró el
estado de despertar, un estado más o menos permanente, todo cambió. Se
empezó a saber: Por qué estoy aquí... Para qué estoy aquí... Llegué a conocerme
a mí mismo...
Tú también amigo buscador, puedes
llegar a conocerte a ti mismo.
El contenido de
este cassette, te habla de diferentes niveles de consciencia.
Tú tienes que comprobarlos por ti
mismo.
Te habla del
estado de dormido, del estar identificado y de estar despierto.
Te habla de estar
identificado con tu cuerpo y de estar separado. Tienes que experimentar eso.
Tienes que demostrarte a ti mismo, hasta llegar a la conclusión certera y
total, de que tú no eres tu cuerpo, según lo que dice la primera parte del
cassette. Luego tienes que darte cuenta que tú no eres tu mente, ni tus pensamientos,
ni tus deseos, ni tu nombre.
Cuando llegas a
darte cuenta y a vivir la experiencia, del YO; AQUÍ Y AHORA
del QUIÉN SOY YO; cuando realizas los experimentos frente
al espejo, estarás abriendo las puertas a una nueva Dimensión, a un nuevo
Cosmos, a un nuevo Orden, a un nuevo Mundo, un mundo tan amplio que tu mente no
puede imaginar.
Así como la hormiga vive con el
hombre y no está consciente de él, no sabe de su existencia, pero el hombre
sí. Así también; hay seres de dimensiones superiores que viven aquí mismo;
entre nosotros, de los cuales nosotros no estamos conscientes, igualito que
la hormiga no está consciente de nosotros.
Tú cuando estás
dormido, no estás consciente de la parte despierta en ti mismo, pero cuando
despiertas, te darás cuenta de la parte dormida. De que has estado viviendo, en un mundo
ilusorio, en un mundo ficticio, has vivido de suposiciones y creencias, has
vivido creyendo que tú eres fulano de tal... que tú haces tal o cual cosa...
has creído estar consciente... has creído saber qué haces, por qué lo haces y
para qué lo haces. Pero cuando despiertas, te das cuenta que nada de eso
es cierto.
Pero no es suficiente que alguien
te lo diga, eso es una cuestión muy personal... Tú mismo lo debes descubrir...
Tú mismo debes experimentar...
En ese estado de
despierto, uno conoce directamente, uno comprende directamente, uno siente
directamente, sin necesidad de libros, sin necesidad de ningún tipo de
literatura, sin necesidad de que nadie le explique a uno. Sencillamente se hace
la pregunta, y la pregunta la hace a su propia mente y la mente tiene la
respuesta.
Es muy difícil,
es cierto. Y esto no puede venir forzado.
Así como a una persona que está en
su cama dormido profundamente y le molesta cuando viene alguien a despertarlo,
también hay otras personas que están dormidas, pero ya no tan profundamente, ya
durmieron lo suficiente, ya no se molestan tanto, y hay otras personas que
están a punto de despertar, ya han abierto los ojos y están buscando.
Así como por la
mañana, despiertas. No sé si te has dado cuenta, algunas veces te habrá
sucedido, de abrir los ojos y lo primero que viene... ¿QUIÉN SOY YO?
¿DÓNDE ESTOY? Es una millonésima
de segundo... verdad que ¿Sí? Sé honesto... verdad que sí.
Entonces viene la memoria y dice... ah bueno... mira sí, hoy es jueves, yo soy
fulano, estoy aquí, sí. Se para y
empieza el estado bajo de consciencia, el estado de identificación, entonces
entro al baño e inmediatamente empiezo a bañarme, ¿Cierto?
Y pienso todo el
tiempo en el baño acerca de las cosas que tengo que hacer durante el transcurso
del día y así sucesivamente. Pueden pasar años así, pero si estás alerta, si
usas tu memoria tú te habrás dado cuenta de que, normalmente, cuando
despertamos por la mañana lo primero que viene es ¿QUIÉN SOY YO?
Y ¿DÓNDE ESTOY?.
Así que en ese
estado, hay respuestas, respuestas muy concretas para todos los interrogantes
de la vida.
Y esto amigo mío,
nadie lo puede hacer por ti, así como nadie puede comer por ti, ir al baño por
ti, nadie puede estar despierto por ti, nadie puede comprender por ti, nadie
puede aprender por ti. ¡Nadie! ¡Nadie!
Es cuestión tuya,
personal. Tienes que poner el esfuerzo.
Primero debes
tumbar la ilusión de estar consciente, ahora sabes que no es así. Luego, debe
estar lo suficientemente molesto de estar dormido, debe llegar a sentir un
tremendo deseo de despertar, un tremendo deseo de saber, de investigar acerca
de ti mismo.
Y entonces... si en algún momento, si algún
día llegas a tomar la determinación, la resolución de despertar realmente. Me
conseguirás a mí y a otras personas; que ya han pasado por tu proceso. Personas
que viven en otros niveles de consciencia, a la vez que en el nivel de las
personas dormidas.
Y
entonces, podrás ser ayudado, siempre y cuando tu deseo es real, genuino. Siempre y cuando estés lo
suficientemente despierto, y tienes muchas ganas de emprender ese despertar...
¿Quién soy yo?
Hazte esa pregunta durante cuarenta, cincuenta, sesenta
días. A medida que vas trabajando, recuerda hacerte esta pregunta, y hazla,
como si realmente no supieras quien eres, hazte: ¿Quién soy yo?
Si en un momento dado, te
das cuenta que, estás haciendo algo, ¡despierta! Si te das cuenta de
repente que estás comiendo, entonces dices: ¿Quién es ese que está
comiendo?.
Empiezas a
descubrir, una multitud dentro de ti, entonces podrás empezar a observarte, ¡claro
que sí!. Para conocerme a mí
mismo debo observarme, debo observar lo que hay dentro de mí, dentro de mi
mente y dentro de mi corazón.
Luego tendrás que hacer el
esfuerzo para no identificarte, no identificarte significa que tu atención no
sea atraída hasta tal punto por sucesos, eventos, personas, gustos.
Hasta el punto que te
olvides del YO: AQUI Y AHORA ¡Si!
Entonces, si
logras hacerlo. Descubrirás que ya no hay más, sufrimiento. Ya el sufrimiento y
el dolor pueden desaparecer totalmente de tu vida...
¡Sí! Estimado
amigo, esto y muchas cosas más, muchísimas cosas más están a tu alcance. Si te
ha llegado el momento de despertar.
Si ves que no
comprendes, a plenitud; el contenido de este mensaje no importa. ¡No
importa!. Vuelve a escucharlo. Una
vez cada quince días, una vez cada mes, regularmente... un día empezarás a
comprender que es lo que dice.
Si lo sientes. Si lo comprendes.
Experimenta lo que te recomendamos experimentar.
Entonces, a lo
mejor te nacerá el deseo de despertar, te darás cuenta. A lo mejor, ya te has dado cuenta, ya sabes la diferencia
entre el estar despierto y el estar dormido, y
a lo mejor quieres hacer algo al respecto.
Claro, puesto que
este cassette, no llega si no a personas que están en vías de despertar. Entonces,
algún día podremos ser compañeros de viaje... Compañeros de camino...
Sé lo que
experimentas hoy, por que he pasado por eso. ¡Ojalá pudieras experimentar lo
que yo experimento!
¡Sí! Amigo... hay que despertar de
la ilusión. La vida... no es nacer... desarrollar un cuerpo...
trabajar... tener hijos... viajar... lograr alguna medalla... acumular una
cuenta bancaria... llegar a viejo... ser atendido por un médico y terminar seis
metros bajo tierra.
La vida tiene otro sentido...
primero, tiene que experimentar...
Resumen:
- Tratas de recordarte a ti mismo
- Fíjate el propósito, fíjate el propósito de
no identificarte
- Fíjate el propósito de observarte a ti mismo -
Fíjate el propósito de experimentar que tú no eres: ni tu cuerpo, ni tu mente,
ni tus emociones, ni tu deseo, ni tu nombre, ni tu apellido.
Tiene que experimentarlo
vívidamente. Tiene que llegar a la convicción total.
No basta que
alguien te diga: no mira, tú eres espíritu, tú eres cuerpo. ¿No?
Mientras todo el santo día vives identificado con tu cuerpo y actúas como si tú
fueras tu cuerpo.
¡Tienes que
experimentarlo por ti mismo, tienes que vivirlo!.
Hermano: Te deseo
despertar, esfuerzo y trabajo.
Si decides hacerlo, desde ahora: Te doy
la bienvenida a los durmientes con ganas de despertar. Te doy la bienvenida a
ese mundo fascinante y doloroso a la vez.
Esa es la verdad.
Escriba, las
partes más importantes que ha escuchado de este mensaje, piénsalo y medítalo,
una y otra vez, hasta comprender a fondo el sentido de la transmisión.
Gracias.